PERO. SIEMPRE PERO


Creo que a día de hoy todos tenemos claro que cuando algo se cierra, lo correcto es mirar hacia adelante. No dar vueltas. No pensar en lo que fue. Porque lo normal es que ya no vuelva.

Pero. Siempre pero.

No concibo salir de una relación por la puerta de atrás. Bueno, no concibo salir de algo que yo consideré una relación por la puerta de atrás. Siempre quedan cicatrices. Da igual si fui yo o fue ella. Dan igual las razones. Cuando hubo algo, ese algo sigue recordándote de vez en cuando aquello que por momentos funcionó. Cuando más duele te recuerda lo feliz que fuiste. Las noches que compartisteis. Sonrisas, miradas y esas cosas que un chico nunca reconocería que le enamoran. Bueno, no lo haría delante de sus colegas. Pero delante de ella, ay. Delante de ella lo admitiría una y mil veces. ¿Qué hay más tierno que un chulo (porque todos somos chulos) vulnerable?

Esos momentos de complicidad que compartes sin miedo. Esa confianza ganada en tan poco tiempo. Esa sensación de estar arropado, de que siempre hay alguien que se interesa por cómo estás. Pero (casi) todo se acaba. En mí no existe la posibilidad de dar un portazo y no querer volver a saber de ella. Aunque ya no seamos lo que fuimos siempre quedará aquello que la hizo especial, que me hizo especial. Siempre querré que le vaya bien, que sea feliz y que lo sea fueran las que fueran las razones para acabar con todo.

Pero. Siempre pero.

Desde diciembre llevo escuchando una canción que traduce mi estado cuando no soy yo quien decide que se acaba. De nuevo vuelve a ser egoísta y de nuevo creo que es un egoísmo que todos profesamos. (Cuando digo de nuevo, me refiero a mi historial por este blog). No quiero seguir sin que la escuchéis.

Puedo suscribir palabra por palabra ciertas fases de la canción si no la canción entera. Pero esto me parece especialmente acertado.

Labrinth

“Te deseé todo lo mejor y te dije que no había nada que perdonar. Pero siempre pensé que volverías a contarme que todo lo que obtuviste fue miseria y desamor. Me es muy duro decir que estoy celoso de cómo eres feliz sin mí.”
Lo peor de todo esto es que por no sonar tan asquerosamente egoísta, usó la palabra “thought” en lugar de “hoped”. Y es que somos así. Nos dejan y, aunque le deseamos lo mejor a esa persona, en lo más profundo de nuestro ser deseamos que se arrepienta del camino tomado. Que descubra que fue un error y pase por lo mismo que nosotros. Y es cuando nos damos cuenta de que no es así, cuando de verdad sufrimos. Es ese el punto que hay que superar para saber que de verdad has pasado página. Cuando su felicidad, lejos de molestarte, te hace feliz.

Me parece tristemente evidente que este post existe para hablar de ese estribillo. De esa sensación que he tenido y que por momentos sigo teniendo. Sin embargo, hay una historia mayor aquí. Pasar página y mirar adelante es indispensable. Vivir de lo que fue o de lo que pudo ser es inviable y desde luego, lo idóneo sería poder olvidar.

Pero. Siempre pero.

Frankl

Olvidar no es tan sencillo, y cuanto más lo intentas, peor es el resultado obtenido. Nunca está de más recordar lo feliz que fuiste para saber lo feliz que puedes llegar a ser. Esos recuerdos siguen ahí por alguna razón. Por impopular que suene, no creo que exista un alma gemela y si existe, dudo mucho que la encontremos de verdad o que coincidiera en el tiempo con nosotros. Así que procuro no pensar en lo perdido y mirar hacia adelante. Lo que tenga que llegar llegará.

Ya no hay peros que valgan.

Á.J.

7 comentarios en “PERO. SIEMPRE PERO

  1. Cuánta verdad en tus palabras…
    Me recuerda a uno de mis textos donde escribí «darte cuenta de que fuiste insignificante para alguien que para ti tuvo todos los significados», es de lo que más duele.
    Enhorabuena por el texto, y la canción de Labrinth es inmejorable 🙂
    Un saludo
    T.

    Me gusta

Deja un comentario